Como contar los años felices, si cuando estás lleno de amor el tiempo parece tan liviano que se escapa entre los dedos, si cada momento se hace eterno, perpétuo e infinito, tanto que crees que nunca tendrá final... si cuando se es feliz te sientes tan fuerte, tan inmortal, que la realidad pasa por debajo de tus pies y no te roza, no te perturba, no te agobia; porque el ser parece pertenecer a otra dimensión... tan lejana de lo mundano, tan elevada en sus pretenciones ilusorias, tan profunda y visceral que te inmortaliza en la mirada del ser que amas y a través de la cual encuentras las respuestas que siempre has estado buscando, la eternidad que siempre has perseguido, la valía de tu ser y de tu cuerpo preciado y adorado que adquiere la forma verdadera, la forma de tu inmanencia trasparente y deslumbrante..
Como contar los momentos de tristeza, si cuando sufres el tiempo parece eterno, si el dolor te arrastra a las entrañas de tu ser terrenal; en el fondo infinito de la sapiencia de la vida, en la impotencia del desconocimiento y la incapacidad al descubrite falible y siempre errante... al reconocerte extranjero en ti mismo al tiempo que evidencias lo verdadero e impredecible de tu ser en el mundo, si cuando sufres, un motor sensorial parecer acelerarse al máximo de la capacidad de tus pensamientos y llega a ti como la certeza de que estas solo, de que la vida es solo tuya y nadie podrá sentirla con tu piel, saborearla entre tus labios y verla a través de tus ojos irrepetibles e inmemoriales...
Tal vez no se pueda contar nada de la vida, sólo la vida misma; inconclusa y asombrosa, evidente y misteriosa... tan corta e insondable como cada respiro que nos permite sentirnos vivos y en consecuencia, más cercanos a nuestra última partida--